Arne Jacobsen

Figura clave del diseño escandinavo del siglo XX, Arne Jacobsen dejó una huella imborrable en el mundo de la arquitectura y el mobiliario moderno. Su estilo atemporal, minimalista y funcional sigue influyendo en diseñadores y amantes del diseño contemporáneo en todo el mundo. Aquí repasamos la trayectoria de este creador visionario y algunas de sus piezas más emblemáticas.

De arquitecto a icono del diseño: la evolución de Arne Jacobsen

Arne Jacobsen nació en Copenhague en 1902 y se formó como arquitecto en la Real Academia Danesa de Bellas Artes. Aunque su carrera comenzó en el campo de la arquitectura con proyectos tan destacados como el Ayuntamiento de Aarhus o el SAS Royal Hotel de Copenhague, su inquietud creativa lo llevó a adentrarse en el mundo del diseño industrial y el mobiliario, donde alcanzaría fama internacional.

Inspirado por el funcionalismo y la Bauhaus, Jacobsen desarrolló un lenguaje estético propio en el que la forma sigue a la función, pero siempre con un toque de elegancia orgánica. Su colaboración con la firma Fritz Hansen dio lugar a piezas que hoy son iconos del diseño moderno, como:

• La silla Drop (1958): diseñada originalmente para el SAS Royal Hotel, esta silla combina suavidad, forma escultural y ligereza visual en una silueta en forma de gota.
• La butaca Swan (1958): una de sus creaciones más reconocibles, libre de líneas rectas, que destaca por su fluidez y comodidad, ideal para espacios sofisticados.
• La lámpara Bellevue AJ7 (1929): un clásico del diseño de iluminación, con líneas puras y funcionales que reflejan su pasión por el modernismo y la arquitectura.

Más allá del mobiliario, Jacobsen también diseñó cubertería, textiles y elementos arquitectónicos, consolidando su visión integral del diseño como un todo coherente y armónico. Su capacidad para unir funcionalidad, simplicidad y belleza lo convirtió en uno de los grandes referentes del diseño del siglo XX.

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