Para la silla DSW (Dining Height Side Chair Wood Base), Charles y Ray Eames combinaron la carcasa de asiento de forma orgánica –fabricada hoy por Vitra con plástico reciclado posconsumo– con una base de madera de cuatro patas. El contraste entre el plástico y la madera da a este diseño clásico un atractivo cálido y desenfadado. Las carcasas de asiento pueden completarse con cojines o con tapizado completo; la gran selección de colores para la tela permite multitud de configuraciones individuales.
La búsqueda de materiales alternativos llevó a Charles y Ray Eames a la resina de poliéster reforzada con fibra de vidrio, un material que hasta entonces prácticamente solo se utilizaba en aplicaciones militares, como los radomos o las cabinas de los aviones. Los Eames estudiaron y explotaron al máximo las ventajas de la fibra de vidrio: moldeabilidad, rigidez y buenas propiedades para la fabricación industrial. Este material, antes desconocido en la industria del mueble, les permitió crear un asiento moldeado que podía fabricarse en serie: había nacido la Fiberglass Chair. La fibra de vidrio ofrecía la ventaja de ser agradable al tacto y permitir una forma perfectamente moldeada para lograr un confort extraordinario. La comercialización de las Fiberglass Chairs en 1950 supuso la introducción de una tipología de mobiliario que desde entonces se ha hecho omnipresente: la silla multifuncional cuya carcasa puede combinarse con diferentes bases en función del uso. Como respuesta a la enorme popularidad de esta silla, pronto se ampliaron las opciones de bases y colores. Durante la década siguiente, las Fiberglass Chairs se convirtieron en uno de los diseños de muebles más conocidos del siglo XX.