Un nombre elocuente para un producto que invita a la contemplación. Para la Thinking Man’s Chair, Jasper Morrison imaginó un diseño en el que todos los elementos son aportaciones funcionales que garantizan la comodidad del asiento para períodos prolongados de relajación y cavilación: las zonas que soportan el cuerpo son de barras planas y la estructura principal es tubular; el sillón tiene reposabrazos equipados con reposabebrazos integrados.
La silla del Thinking Man’s es de metal barnizado y está disponible en blanco puro, azul violeta y rojo óxido. La versión en rojo óxido también se presenta en una edición especial adornada con una inscripción que resalta el radio de curvatura de la estructura metálica.